Entre los debates tecnológicos que jamás terminarán está el que habla del cerrado y controlado sistema iOS que Apple maneja a sus anchas. Decide, juzga y ejecuta, y hace prevalecer unas normas comparables a una dictadura -dictadura opcional, eso sí- mientras desde Cupertino presumen ser un sistema abierto. De pago, pero abierto. Cuando Google mostró Android, su alternativa a iOS, las palabras que se asociaron, y así sigue siendo en la actualidad, son gratis y abierto. Las trifulcas entre los usuarios de Apple y los de Android se basan precisamente en estos conceptos. Apple es mala porque su sistema es cerrado, mientras que Android es abierto. Ahora, parece que el férreo control de Apple está empezando a ser comprendido por Google, y así lo está aplicando -parece, de tapadillo- en Android. Ahora, Android ya no es tan abierto como al principio.
Ojo porque esto procede de Bloomberg, fuente de contrastada solvencia (almenos para mí). Desde Google durante las últimas semanas se han puesto en contacto con fabricantes, operadoras y desarrolladores, anunciando que desde ya mismo esto de poder hacer lo que a uno le venga en gana para que Android pueda hacer más que lo que hace el código original, se acabó. Se pone fin al poder adaptar el sistema para que trabaje como quiera terceras partes. Y si alguien quiere hacer algo que diste de lo original, deberá explicar cual es el fin para que Google determine si envía o no la versión preliminar del software para que se pueda poner patas arriba.
Salta a la vista entonces, que Google ha esperado que Android sea universal y popular hasta el punto de que casi todos los fabricantes dependen en gran medida de él para empezar a poner coto y control al sistema, algo que evidentemente también limitará a los desarrolladores. Bueno tal vez no; tal vez los desarrolladores no estén limitados si hacen lo que quieran mientras lo hagan como Google quiera y diga. ¿Os recuerda a alguien este modus operandi? Pues no, no recuerdan a Apple.
En cierto modo no se puede comparara el recorrido de Apple con el de Google, porque a pesar de que el fin es el mismo las formas han sido y son muy diferentes. Apple tiene su hardware, su software, y siempre ha dicho que las cosas se hacen a su manera. Google tiene sólo el software, y una vez la red ha estado llena a rebosar de peces, ha empezado a cerrarla cuando “casualmente” los peces ahora dependen de ella. Esta es la diferencia principal: Apple ha sido férrea desde el principio -y poco a poco lo va siendo más, eso sí- mientras que Google está cambiando su postura a medida que crece su poder. ¿Ilegal? No -a menos que los antimonopolio digan lo contrario-. ¿Ético, discutible, aceptable? Hoygan, si no les gusta, la puerta es tan grande tanto para entrar como para salir, algo que ocurre tanto como en el universo de Apple como con el de Google.
Y aquí llega el fin y las similitudes. Puede que Apple sea mala desde los puntos de vista claves e incomprensibles para los usuarios, pero tan malas no serán sus formas y motivos cuando Google está siguiendo la misma senda y cerrando su hasta ahora -dicen- sistema abierto.
Publicado el 04 abril, 2011 por Chus Vilallonga
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