Las tabletas iPad ganarán un nuevo país de nacimiento. Actualmente diseñados en California y fabricados en China, los equipos podrán ser ensamblados también en Brasil. Según los planes anunciados ayer por Foxconn - donde se fabrican los productos Apple - Brasil recibirá una inversión de 8.300 millones de euros para la nueva fábrica. Según el Gobierno brasileño, la expansión al país latinoamericano ya tiene aprobación de Steve Jobs, dueño de Apple.
La inversión de la empresa de capital taiwanés es el principal resultado de la visita oficial de cinco días de la presidenta brasileña Dilma Rousseff a China. Tras el encuentro ayer de la mandataria con el presidente de Foxconn, Terry Gou, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Brasil ha anunciado que la empresa invertirá la cifra en los próximos cinco años.
El proyecto tendrá un socio local y una contrapartida del Gobierno brasileño, que deberá hacer inversión en infraestructuras, rebajas de impuestos y financiación para la instalación de nueva unidad.
Brasil ya tiene tres fábricas de Foxconn - en las ciudades Jundiaí e Indaiatuba (en el estado de São Paulo) y Manaus (Amazonas) - donde se fabrican equipos electrónicos para empresas como Sony, Hewlett-Packard y Motorola. Tras el acuerdo con Apple, Gou ha señalado que es posible que la producción brasileña de las tabletas pueda comenzar a final de año en las fábricas actuales. La prensa local afirma que los primeros contenedores con piezas ya salieron de los puertos chinos.
Esta planta será una forma más rápida de exportar los productos de Apple al país de origen de la empresa de Steve Jobs. Además, la empresa taiwanesa también tiene interés en un mercado brasileño que crece rápidamente. En 2010, la venta de ordenadores en Brasil ha sumado 13,7 millones de unidades, cifra un 23,5% mayor comparada con 2009. Actualmente, Brasil es el cuarto mayor mercado informático mundial después de Estados Unidos, China y Japón.
La jefa de Estado de Brasil y su homólogo chino, Hu Jintao, presidieron ayer la firma de 22 acuerdos para impulsar la asociación estratégica conjunta en el ámbito político, de defensa, ciencia y tecnología y recursos hídricos, entre otros.
Además de la inversión de Foxconn, las empresas chinas ZTE y Huawei han anunciado, respectivamente, inversión de 250 millones en una fábrica y 350 millones en un centro de investigación.
Por su parte, Dilma Rousseff ha logrado firmar un contrato de 1.400 millones de dólares por la venta de 25 aviones de la brasileña Embraer a las áreas China Southern y Hebei Airlines. Petrobrás ha firmado un acuerdo para transferencia de tecnología de explotación de petróleo en el mar para empresas chinas y algunas compañías brasileñas han anunciado inversiones en China, como el frigorífico Marfrig que construirá nuevas fábricas en Asia con 309 millones de dólares.
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